Como los Reyes Magos, el Coro ya vuelve al Oriente. Dejó sus
regalos también por las plazas y calles de la Sevilla Antigua desde San
Francisco al El Salvador, puso música a la pintura y la escultura en los Jardines
de la Buhaira y Nervión, y cantó al calor de las candelas de Pino Montano en su
parroquia de San Francisco de Asís.
Aprendió que no hay mejor regalo que el cariño, la sonrisa y
el aplauso de los mayores que en estos días volvieron a su infancia. Son ellos,
sin saberlo, los auténticos Reyes Magos que con sus ofrendas emocionaron al
Coro en la Residencias de los Sagrados Corazones de San José de Palmete y el Grupo
Reifs de Alcalá de Guadaíra.
Con otros Campanilleros de la provincia compartió escenarios
en el Arquillo del Ayuntamiento alumbrando la Navidad de Sevilla; también en las
tierras de Hernán Cebolla y luego de Marañón, cantando villancicos en el
Cortijo de Vicente Traver, la antigua Gota de Leche blanca como las paredes de
la nueva sede del Grupo Morera y Vallejo; para terminar con las puertas abiertas
de su casa a los amigos y hacer, un año más, de Sevilla Este capital y
encuentro de Coros por Navidad.
Pero fue aquí en el Oriente, de la mano del Ayuntamiento de
Sevilla y el Distrito Este-Alcosa-Torreblanca, donde el Coro llegó a su gente. Por
las Plazas del Abaicín y Pedro Castro, y las calles de Carmen Chacón, Manuel
Clavero Arévalo y Cueva de Menga el Coro anunció la Noche Buena, la Navidad y
el Año Nuevo, coronando a sus Reyes en los pagos de Buena Esperanza, hoy centro de
Ocio y Comercial Zona Este.
A todos los que hicieron posible este viaje de ida y vuelta
de Oriente a Sevilla, a los que con sus aplausos le calentaron en tardes de
frío, a todos los que desde Sevilla y su Oriente cantaron con él y le regalaron
su amistad, a todos, GRACIAS POR COMPARTIR NAVIDAD.